7/18/2007

Dos libros

uno que he detestado



y otro que estoy devorando con placer



y que hubiera debido reproducir el retrato de su autora en la portada



linda

Con el pretexto de que es verano, y como además el libro de Alma es sobradamente conocido, no me voy a explayar comentándolos.

Aunque tal vez se justifique decir algo sobre la novelita de Echenoz. El problema es que sólo se me ocurren adjetivos poco lisonjeros. Imaginen una docena de anécdotas conocidas relativas a los últimos diez años de vida de Ravel, pegadas las unas a las otras, intercaladas con descripciones de objetos y espacios que pretenden ser épatantes por su inanidad, y presentadas con un estilo ácido y descarnado - esto último me da la impresión que agravado por la traducción al castellano - y que provoca una progresiva irritación porque se toma en serio su intrascendencia. O a lo mejor resulta que tiene sentido del humor en exceso y yo, que ando muy sentimental, no me he enterado. De hecho, el libro ha sido bastante elogiado.

Por cierto, cuando Echenoz menciona el estreno del Concierto en Sol no refiere a Pedro de Freitas Branco. Casi mejor.