El domingo pudimos ver el final del festival Pórtico de Semana Santa de Zamora con el concierto del Ensemble Florilegium con Emma Kirkby como solista.
Tengo que reconocer que después de 5 horas de viaje alicatado con el indefinible I was looking at the ceiling and then I saw the sky de John Adams, la Litany de Arvo Pärt y el funky del que considero el mejor grupo de la historia, Tower of power, los arranques haendelianos de mira-cuán-historicista-soy me crisparon un poco los nervios. No obstante, superados los primeros conatos de aburrimiento, el concierto empezó a resultar interesante, pese a que mi adorada Emma no conserva en su totalidad aquella voz angelical por la que todos comenzamos a adorarla. El ensemble fue profundamente correcto (esa es la palabra). Su afinación, impecable, el empaste, magnífico, el grado de emocionabilidad, el esperable...
La Kirkby cantó poco, pero nos mantuvo en vilo con su timbre cristalino y una profunda expresividad, especialmente en Purcell.
Fue un colofón magnífico a un gran festival en el que brilló, sin duda, un magnífico concierto del grupo Diálogos. Habrá que seguirles la pista.
El año que viene, más