Entonces, por ejemplo, no se explicó cuál iba a ser la relación formal de Mortier con Moral durante la transición: según se ve ahora, no se hizo porque esa relación no va a existir. Sin embargo, sí supimos que Mortier se iba a tomar cuatro meses sabáticos para viajar por España y aprender español. En la rueda de prensa también quedó claro que había llegado a Madrid sin haber delineado nada lo que iba a ser “específico” (fue la palabra que utilizó) en su proyecto para el Real.
Recordarán que, el último mes de noviembre, la prensa diaria adelantaba la “carambola” que podría llevar a Mortier a la dirección artística del Teatro Real o del Gran Teatro del Liceo. La expresión, utilizada literalmente en la edición del 10 de noviembre de El País, reflejaba la verosimilitud que, en la rumorología operística nacional, comenzaba a tener la posibilidad de que Mortier comenzase a trabajar en España a partir de 2010, también noticiada puntualmente en otros periódicos, tales como ABC o El Mundo, así como en la edición digital de Ópera Actual. El detonante de dicho adelanto fue la publicación en los periódicos estadounidenses de la noticia de que Mortier se desvinculaba de la New York City Opera, cuya dirección debería haber asumido plenamente en 2009, debido a los problemas financieros que estaba atravesando la institución: debido a la crisis, el presupuesto originalmente ofrecido de 60 millones había quedado reducido a poco más de la mitad.
Mientras tanto, en España, Jesús López Cobos había presentado públicamente su dimisión dando como razón la poca claridad del Patronato del Teatro Real en relación al futuro de su contrato. Antonio Moral tuvo la oportunidad de decir poco después que se había enterado de los cambios que le afectaban directamente por la prensa. Y todo esto ocurrió en medio de rumores que lanzaron a la arena varios nombres improbables como candidatos a la sustitución de ambos.
Casualmente, el pasado mes de diciembre, mientras en España los aficionados se entretenían con estas tristes escenas, en París, el Teatro de los Campos Elíseos vivía también un momento de transición. Entre la veintena de candidatos que se presentó a su llamada, la correspondiente comisión eligió el pasado verano a Michel Franck. Por supuesto, en las entrevistas que ha dado desde entonces, Franck aparece sonriente junto a Dominique Meyer, quien se mantendrá como director general del Teatro hasta 2010. Meyer pasará, entonces, a la dirección de la Ópera de Viena. Cualquier analogía con el caso español parece ser pura coincidencia.