Las buenas noticias se acumulan. La música se reduce a la mitad en la LOE y, ahora, se rumorea con fundamento que va a desaparecer del catálogo de títulos universitarios de grado (denominación en España del primer ciclo «profesionalizante» que se prevé en el ámbito del Proceso de Bolonia).
La «impronta creadora» también se manifiesta en estas cosas: vamos a ser el único país de la UE que no reconoce que existan salidas profesionales relacionadas con la música y diferentes de la puramente artística (exceptuando Chipre, cuyo único departamento universitario de música es, de hecho, un conservatorio superior). Olé. Eso es personalidad y salero. Viva Operación Triunfo.
Tampoco está todavía clara, a estas alturas, la manera como, a partir de ahora, los Conservatorios Superiores se irán a relacionar con la Universidad. Todavía nos esperan, por lo tanto, más sorpresas.